El Soul segunda generación llegó en mayo del año pasado (+ info) y pudimos probarlo a la brevedad (+ info).  Y en esta oportunidad volvemos a subirnos al compacto coreano a modo de un nuevo contacto para movilizarnos con la última incorporación a la gama: la edición Bicolor. Esta variante arribó al país a fines de agosto de 2014 para ofrecerse como una alternativa para quienes querían un toque de distinción en un auto de por sí ya bastante llamativo.

El “Soul BC” está basado en la versión EX con el motor 1.6 de 124 CV asociado a una transmisión automática, la misma configuración de la unidad probada anteriormente por Cars.com.ar. Ergo: haremos un repaso poniendo el foco en los detalles estéticos que lo distinguen.

En esta nueva generación tomó una nueva plataforma que le permite ganar espacio y mejorar la habitabilidad por ser más ancho y tener más distancia entre ejes, todo sin modificar su osado diseño. Esto por decantación ayuda a mejorar la estabilidad a altas velocidades y a ampliar las plazas traseras. El baúl sumó algunos litros aunque estos 350 no dejan de ser ajustado para el equipaje de cuatro pasajeros.


Un plus estético
Ya desde hace un tiempo atrás la marca oriental viene trabajando con los colores en diferentes campañas de promoción con diferentes productos de su gama. Es una tradición que se inició con el lanzamiento del primero Picanto en el año 2006, que luego continuó con una acción de verano denominada “Color Your Life”, y que acaba de reforzarse con la campaña Make Way For Change, directamente vinculada con el arte.

Bajo el eslogan “con más estilo que nunca”, este Soul llega a los concesionarios con la carrocería que combina dos tonos diferentes, como el caso de la unidad probada en color blanco con el techo rojo y detalles en negro. El rojo furioso también aparece en las carcasas de los espejos exteriores, mientras que la máscara oscura en las ópticas delanteras es otro de los detalles que lo diferencian. Las otras opciones disponibles son: rojo con techo negro o azul con blanco.

Lo demás se mantiene fiel al reciente cambio generacional gracias al nuevo pack estilístico que incluye protecciones plásticas en faldones laterales, pasos de rueda y paragolpes delantero y trasero. Las ópticas traseras son más largas que las de la edición anterior y el portón luce un leve rediseño.


Por dentro
El habitáculo expresa una reformulación más profunda que en el exterior. Es que las variaciones dejan en evidencia una presentación más sobria y una mejorada calidad percibida, con algunas zonas inyectadas (“soft”) agradables al tacto y a la vista. Es nuevo el volante, quizás algo sobrecargado de comandos para audio, teléfono y computadora, aunque con buen tamaño y grip. El instrumental es sencillo y por ende claro y legible, con un display en el centro para la computadora. En la plancha central se destaca la pantalla táctil para el muy buen sistema de audio que a la vez pueden comandarse desde los controles.


Motor conocido
El propulsor con el que llega a nuestro mercado es el probado naftero 1.6 de 124 caballos de fuerza. Es un cuatro cilindros y con 16 válvulas que se caracteriza por una entrega es progresiva ya que el par máximo de 25,5 kgm lo consigue recién a las 4.850 rpm, con lo que no se le puede pedir demasiado ímpetu desde bajo régimen. Su funcionamiento es suave y esto aporta claramente al confort. Los 173 km/h de velocidad y los 11,4 segundos para conseguir el 0 a 100 son valores interesantes, sin perder de vista el perfil del vehículo. En cuanto al consumo está justo: requiere unos 9,6 litros para hacer 100 km en ruta y unos 10,5 en el recorrido urbano. La transmisión de esta variante es automática de 6 marchas (también se ofrece con una manual de 6), que tiene buen escalonamiento y suave paso de cambios.


Equipamiento
Kia se caracteriza por vender productos bien equipados y ésta no es la excepción, aunque al momento de planificar la configuración tuvo que apuntar a la que se ajuste mejor a la realidad del mercado, ya que mantener el generoso listado inicial llevaba a un encarecimiento pronunciado. La solución pasó por recortar algo de equipamiento y así quedaron afuera los airbags laterales, los de cortina y el control de estabilidad. Por contrapartida ganó sujeciones Isofix, al tiempo que mantuvo las bolsas frontales y los frenos ABS. También cuenta con luces antiniebla delanteras y traseras.

En materia de confort trae control de velocidad crucero, control satelital de audio al volante, bluetooth, 3 modos de conducción, conexión USB/AUX, la pantalla táctil de 4,3” donde se visualiza la cámara de retroceso, espejo retrovisor crómico y climatizador.


Dinámica intacta
Queda bastante claro que por tamaño, despeje y motorización, la ciudad es el hábitat que mejor le queda. El esquema de suspensiones hace que su desempeño sea confortable, algo a lo que aportan los neumáticos con el perfil justo (215/57) con llantas de aleación de 17”. Es fácil de maniobrar y no remite inconvenientes al momento de encarar un badén o lomo de burro. En ruta cumple un papel un tanto más modesto porque sus formas no colaboran demasiado con el coeficiente aerodinámico, de igual modo va siempre bien apoyado y en las curvas las inclinaciones están lejos de comprometer la dinámica.

Un concepto diferente
Aunque por su originalidad el Soul no tiene rivales bien directos, arbitrariamente se lo puede medir con el Fiat 500L, el Citroën C3 Picasso y el MINI Countryman, por sus dotes de monovolúmenes compactos con orientación familiar. Esta versión Bicolor automática se vende a 31.000 dólares y la manual a 29.500 dólares. Son valores elevados aunque con la garantía de 5 años o 100 mil kilómetros, su imagen vanguardista, la calidad y el confort, se planta en un mercado bastante deprimido y en alerta constante para empujar la aguja de medición  de ventas de Kia.

A favor
- Calidad
- Originalidad intacta
- Habitabilidad
- Confort de marcha

En contra
- Menos equipamiento de seguridad
- Auxilio temporal
- Baúl acotado

------
Fuente: www.cars.com.ar